El Estado Keynesiano del Bienestar debe ” subordinarse positivamente” a la economía capitalista. Es necesario también que intervenga en este subsistema y cree, por medios ajenos al mercado o desmercantilizados, las precondiciones aparejadas a un éxito en su funcionamiento.
El ” movimiento de capital privado” produce de modo sistemático resultados experimentados colectivamente, como la ruina de los cascos urbanos producida por la desinversión capitalista, la polución de los ecosistemas regionales y un incremento en los niveles de desempleo debido a la ” modernización” capitalista de la industria. Aunque estos resultados pueden obstruir o amenazar los procesos de intercambio controlados privadamente, no pueden ser remediados o neutralizados por los actos de unidades capitalistas individuales.
Los mecanismos corporativistas descansan sobre negociaciones secretas y altamente inaccesibles entre élites, así como de una vigilancia política incrementada más que de una discusión y control público autónomos. Se supone que fortalecen las fuerzas de la disciplina y la coacción , especialmente a través de medidas ( como políticas estatutarias de ingresos) encaminadas a contener las exigencias consumistas a nivel salarial y social.
Lo que quiero decir con corporativismo podría describirse también como un incremento en el carácter de la política dentro del capitalismo, una disolución de la separación institucional o autonomía relativa del Estado, un marchitamiento del Estado capitalista como aparato de poder coherente y estrictamente circunscrito.
Creo que Offe rescata el papel de los movimientos sociales como el feminismo, el ecologismo el pacifismo, también al nivel del ” Estado Local” es más fácil desarrollar redes compensatorias de comunicación y movilización democrática, extrayendo considerables ventajas a las contradicciones internas inherentes a las políticas del Estado de Bienestar.