A pesar que Cronos se come a sus hijos, después del cuchillo y la metralla que de tajó cortó la vida de cuatrocientos menores en El Mozote el 11 de diciembre de 1981, todavía quedan unas preguntas: ¿ Por qué sucedió? ¿ La venganza? ¿ El miedo por el terror para dominar el enemigo? ¿El despojo? ¿Tendrán que seguir muriendo civiles inocentes en las guerras modernas ya que la población es el objetivo?
Y con ello la memoria puede ser un fármaco para curar, un espacio para crear conciencia crítica, reconstruir y transformar, al igual un veneno para abrir heridas y nuevas venganzas.
Independiente que exista la ley de la gravedad, la posibilidad de investir un futuro también radica en saber leer, y aprovechar los oportunidades del presente, aprender de las asperezas del pasado, incluso en los momentos de derrumbe, y de atreverse a ambicionar: que la historia puede dejar de ser el eterno retorno de lo mismo, ubicarse sin temor donde encontrar la diferencia en una lucha constante contra lo insoportable.
El camino podrá tener dificultades, pero también grandes satisfacciones, como Víctor Frank después de haber vivido en un campo de concentración encontró el sentido en una puesta de sol que inauguraba una nuevo amanecer.